Una persona ‘tóxica’ es aquella que, en las relaciones interpersonales, desgasta a quienes lo rodean, quiere tener poder sobre otros y los intimidan. Son fácilmente identificables por su peculiar personalidad pues muestran ser autoritarios, egoístas, manipuladores, envidiosos, pesimistas, descalificadores, neuróticos, mediocres e inclusive psicópatas.
“En la Unidad de Hospital de Día del Departamento de Salud Mental del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, recibimos cada mes un promedio de 85% de casos nuevos de depresión y ansiedad y la mayoría de los pacientes afectados establecieron trato directo con personas tóxicas”, explicó la doctora Yolanda León Alvarez, jefa del Servicio de Hospitalización Parcial del mencionado establecimiento.
La especialista refiere que la amabilidad es la mejor manera de neutralizar a una persona tóxica porque su intención de lastimar resulta estéril si percibe que sus actitudes carecen de efecto. Y aunque parezca difícil sobrellevar con una sonrisa la prepotencia, el autoritarismo o la agresividad, debemos recordar que una profunda inseguridad y la falta de amor propio, son los motivos de este comportamiento.
“Lamentablemente, estas personas reflejan lo que traen en su interior: mucha negatividad, resentimiento, envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, necesidad de ser reconocidos, aprobados y ser importantes pero, consiguen lo opuesto porque su actitud ruda e hiriente aleja a los demás”, dijo la doctora León.
El inicio de esta personalidad surge generalmente en la niñez, pues se presenta en personas que suelen nacer y crecer en un entorno familiar tóxico. De allí la importancia de educar a los niños en un ambiente positivo en el que se potencie la autoestima, el respeto por el otro y la asertividad para enfrentar diversas situaciones.
Cabe señalar que las personas tóxicas pueden formar parte de una relación de pareja, de la propia familia (lo que deteriora el vínculo entre dicha persona y los demás familiares) o estar presentes en el trabajo (donde genera continuos conflictos por hechos que ocurren en su propia mente).
Existe cura para las personas tóxicas pero, el primer paso es que deseen someterse a un tratamiento. “La psicoterapia gestáltica, el psicodrama y el análisis transaccional permiten que las personas se den cuenta de sus características personales y decidan cambiar por las consecuencias que tienen en su entorno personal, familiar y laboral”, precisó la especialista.
Cabe señalar que el área de Hospitalización de Día, organizó el Curso “Avances en Psicoterapia”, donde un equipo multidisciplinario de expertos discutió los conocimientos actuales y los últimos avances en la promoción, prevención, diagnóstico de las patologías psicológicas que afectan a gran parte de la población asegurada.