- Especialista informó que agresor es celoso, inseguro, frustrado, egocéntrico, irascible, conflictivo y minimiza violencia.
Las mujeres maltratadas continuamente por sus parejas tienen baja autoestima, son inseguras, dependientes, con sentimiento de culpa, niegan su situación y justifican la conducta de su agresor, y por tanto podrían ser nuevas víctimas de feminicidio.
Así lo informó Beatrice Macciotta Felices, psiquiatra del Departamento de Salud Mental del Hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud, quien alertó que las víctimas en su gran mayoría no denuncian al agresor.
“Las agredidas, en su gran mayoría, no denuncian la violencia y menos acuden a los hospitales. Ellas ocultan al agresor, incluso justifican que hayan sido agredidas. La violencia hacia la mujer se está incrementando”, advirtió el especialista.
Señaló que alrededor del 41% de las mujeres fueron agredidas, golpeadas o empujadas por su esposo o compañero.
Dijo que los agresores tienen el siguiente perfil: baja autoestima, frustrado, fracasado, insatisfecho, inseguro, egocéntrico, irascible, celoso, conflictivo y justifica y minimiza su agresión.
Macciotta Felices manifestó que el agresor celoso teme perder a la pareja y siente que no lo quieren por lo que esa inseguridad se puede manifestar revisando objetos personales como el celular, escuchar conversaciones o leer la correspondencia.
“Los celos excesivos se dan en parejas donde hay notoria diferencia de edades, el agresor es tan inseguro que cree que su pareja lo va a dejar por alguien más joven”, dijo.
La psiquiatra dijo que el Seguro Social de Salud (EsSalud) promueve la erradicación de la violencia familiar y contra la mujer en los centros de atención primaria, al entregar cartillas informativas del buen trato, en donde se fomenta el respeto mutuo para evitar la agresión verbal.
Señalo que una identificación oportuna de estos casos de violencia permitirá brindar un tratamiento adecuado y , de ser el caso, derivarlos a hospitales para recibir una atención más especializada a cargo de un equipo multidisciplinario encabezado por el psiquiatra y constituido además por profesionales psicólogos y asistentas sociales.
Indicó que tanto la víctima como el victimario repiten patrones de conducta aprendidos desde la infancia, porque provienen mayoritariamente de hogares disfuncionales.
Por ello, sostuvo que ambos miembros de la pareja deben recibir tratamiento psicoterapéutico para superar el problema; cuyos objetivos incluyen mejorar la autoestima, tratamiento de la depresión y solucionar los conflictos internos propio de cada uno y los de pareja.
Finalmente, dijo que el apoyo de los familiares es fundamental para darle soporte a la mujer violentada y hasta orientarlas a denunciar al agresor si se diera el caso.