- La detección y el tratamiento temprano de la ambliopía, incrementa las posibilidades de recuperación.
El cuidado del sistema visual es una de las tareas que los padres deben asumir tempranamente, partiendo de los exámenes de rutina que todos los bebés deben tener desde su nacimiento hasta los 12 meses y luego retomar este control a partir de los 3 y 4 años en los niños en edad pre escolar.
Especialistas de EsSalud refieren que es importante saber los antecedentes familiares del menor como ojos desalineados (estrabismo), cataratas en la infancia, un ojo ve más cerca o más lejos que el otro; tener alguna condición que impida que la luz entre al ojo correctamente, párpado caído; presencia de miopía o hipermetropía severas en ambos ojos; nacimiento prematuro, bajo peso al nacer o alguna enfermedad ocular grave, para que se pueda detectar y dar tratamiento a tiempo.
El Dr. Nilo Vera Avelino – Oftalmólogo del Centro de Atención Primaria El Agustino refiere que la detección de la ambliopatía u ojo perezoso se realice lo más pronto posible, porque hace una real diferencia para las vidas de los niños que padecen esta enfermedad.
Explica que el desarrollo de esta dolencia se da en uno de los ojos, el cual no se comunica bien con el cerebro, a simple vista puede parecer normal, pero este “prefiere” al otro ojo y en algunos casos los dos ojos pueden estar afectados, por ello es fundamental los controles oportunos.
Por otro lado, sí la ambliopatía se trata a tiempo, la visión puede mejorar en la mayoría de los niños, pero si no se detecta hasta después de la primera infancia, el tratamiento puede no tener éxito.
Es importante mencionar, que en casos como estrabismo o errores refractivos desiguales se pueden tratar con éxito durante los primeros nueve años de edad.
Los médicos pediatras y en algunos casos los doctores de atención primaria, son los encargados de examinar inicialmente el sistema visual, para detectar en forma oportuna la disminución de la visión y el desarrolló de las habilidades visuales durante la infancia, como parte del examen médico integral del niño, si producto de estas evaluaciones se detecta alguna señal de problemas oculares, se tiene que referir al niño a un oftalmólogo.