Los padres deben aprovechar las vacaciones escolares de sus hijos para compartir el mayor tiempo con ellos en actividades recreativas que permitan fortalecer sus lazos afectivos. Así lo sostuvo la licenciada Beatriz Vega Muñoz, psicóloga del Policlínico Pablo Bermúdez de la Red Prestacional Rebagliati de EsSalud.
“Al realizar estas actividades juntos, los niños podrán crecer en un núcleo afectivo sólido, lo cual es importante para su desarrollo y madurez personal”, señaló.
Ante el temor infundado que representa para los padres el número prolongado de horas libres, indicó que estas se deben respetar por ser necesarias. “Luego de un intenso año escolar, los niños necesitan mayor descanso y menos tensión; las vacaciones escolares, como las laborales de los adultos, deben ser un período de descanso y recreación. Esto es un derecho de los niños y no una concesión de los padres o tutores”, subrayó.
Alentó el llamado ocio creativo, período en que los niños aplican los conocimientos y habilidades propios de su edad, para jugar y alternar con sus compañeros y amigos. “Oportunidad que les permitirá desarrollar el autodominio, la empatía, la tolerancia y el respeto mutuo, que redundará en su crecimiento como personas”, precisó.
Sobre las vacaciones útiles
Respecto a las llamadas “vacaciones útiles”, la especialista subrayó que deben ser programadas con los propios niños, de acuerdo a sus gustos, deseos y necesidades. “No deben ser un vehículo de sobrecarga de actividades en tan corto tiempo de descanso, ya que produce un desgaste físico y mental que es acumulado desde la escuela”, agregó.
Añadió que sólo si es necesario, se le debe reforzar en alguna área específica de la currícula escolar, con fines de nivelación. A la vez, se mostró contraria a la idea de “adelantar” al niño en materias del año escolar próximo, porque atenta contra su descanso y porque los resultados no suelen ser necesariamente positivos.
Recomendó elegir las actividades artísticas y lúdicas en este período ya que durante el año escolar se estimula la parte lógica del niño que está relacionada con el lenguaje, las matemáticas y otras materias que la escuela profundiza. “Mediante la música, el canto, el teatro, la oratoria, la pintura o el deporte, los niños aprenderán a expresar o canalizar sus emociones, ingenio, talento y energía. De este modo reforzarán su desarrollo, ayudándolos a crecer física y mentalmente como individuos”, puntualizó la especialista.