Un joven odontólogo de 32 años, que presentaba grave insuficiencia cardiaca, tiene ahora una mejor calidad de vida gracias al trasplante de corazón que le realizaron especialistas del Instituto Nacional Cardiovascular (Incor) de EsSalud y a la voluntad de los familiares de un ciudadano cusqueño que decidieron donar el órgano de su ser querido.
Gian Pierre Sánchez Quispe, atendía a sus pacientes y llevaba su vida con normalidad hasta que comenzó a sentirse débil, cansado y sin aliento. Luego de varios exámenes le diagnosticaron insuficiencia cardiaca severa y su única opción era un trasplante de corazón.
Esta anomalía se presenta por un problema en el músculo cardiaco muy severo, que impide la irrigación de sangre a los órganos y estos empiezan a fallar, lo que puede causar la muerte en cuestión de días o incluso en horas, explicó el médico David Gálvez Caballero, presidente del Comité de Trasplante Cardiaco del Incor.
La condición de Gian Pierre empeoró y tuvo que ser internado en este centro especializado donde recibía los cuidados, mientras esperaba el órgano requerido. Luego de unos días de angustia, se recibe la alerta desde el Cusco. Familiares de un paciente con muerte cerebral decidieron ceder el corazón de su ser querido.
Desde ese momento se puso en marcha el operativo que movilizó a más de 50 personas que trabajaron de manera simultánea y organizada: un equipo quirúrgico se trasladó hacia Cusco para el retiro del corazón, y otro realizó el trasplante del órgano donado, en el Incor.
“Solo teníamos cuatro horas, desde que se retira el órgano, para trasplantarlo y hacerlo funcionar en el receptor. Ello fue posible al trabajo sincronizado, que demanda mucho esfuerzo de los cirujanos, enfermeras, hasta los que trasladan el órgano”, resaltó Gálvez Caballero.
Cultura de donación
Ya recuperado Gian Pierre agradeció a su donante y a los médicos por esta nueva oportunidad de vida, que asegura honrará dando charlas gratuitas para fomentar que más personas se sensibilicen sobre el tema.
“Sabía que el trasplante era mi última opción y que en el Perú la cultura de donación de órganos no es buena. Era pesimista, pero les decía a los médicos que quería vivir y gracias a Dios y a los médicos tengo una nueva oportunidad de vida”, expresó.
El trasplante también fue posible gracias al apoyo de la Fuerza Aérea del Perú, que en un helicóptero realizó el rápido traslado del órgano donado hacia el Incor.
A la fecha, el Instituto Nacional Cardiovascular ha realizado doce trasplantes de corazón que beneficiaron a once adultos y un niño.