Los familiares de suicidas, afectados por conflictos, refugiados, migrantes o personas que han padecido traumas o abuso son más vulnerables a tener una conducta suicida, alertaron especialistas de EsSalud a propósito del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre y que este año tiene como tema central la prevención del suicidio.
El doctor Oscar Ramos Godoy, jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, sostuvo que el suicidio de un ser querido puede ser devastador para las familias, los amigos o miembros de una comunidad, debido a que experimentan una compleja gama de emociones como incredulidad, dolor, ira y culpa.
Indicó que muchos suicidios ocurren de manera impulsiva y en períodos de crisis que pueden afectar la capacidad de hacer frente a situaciones estresantes “como, por ejemplo, un problema económico, la ruptura con la pareja o la presencia de dolor y enfermedades crónicas”.
Señaló que el comportamiento suicida también está asociado con los conflictos, desastres, violencia, abusos, pérdidas y sensación de aislamiento, siendo los grupos vulnerables los que sufren discriminación como refugiados, inmigrantes, población LGBTI, población encarcelada, entre otros.
“Sin embargo, el principal factor individual de riesgo para el suicidio es un intento previo de suicidio no consumado”, acotó.
Ramos Godoy dijo que los métodos de suicidio más comunes que se utilizan a nivel mundial son el ahorcamiento y el uso armas de fuego y plaguicidas, esta última experiencia abarca el 30% de los casos que se producen en zonas agrícolas rurales.
Cómo prevenirlo
El especialista consideró que el suicidio, así como los intentos de quitarse la vida pueden prevenirse con la introducción de políticas dirigidas a reducir el consumo nocivo de alcohol, la detección temprana, tratamiento y atención de las personas con problemas de salud mental.
También, restringiendo el acceso a los medios suicidas como los plaguicidas, armas de fuego o la ingesta de ciertos medicamentos. “En nuestro ámbito, la intoxicación por medicamentos representa un número considerable como método utilizado de intento de suicidio”, refirió.
Destacó que el hospital Rebagliati viene trabajando en la prevención del suicidio con un enfoque multidisciplinario que permite el abordaje integral en la persona, familia y comunidad, lo que contribuye a reducir la tasa de suicidios y la disminución en el número de casos hospitalizados por intento de suicidio.
En el Perú, aproximadamente más de 1000 personas mueren al año por suicidio, siendo la tasa de mortalidad por este acto, 3.2 por cada 100 mil habitantes, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).