Un nuevo enfoque en la alimentación de los niños y los adolescentes, planteó el licenciado Javier Loja Manco, nutricionista del Policlínico Pablo Bermúdez, sugiriendo educarlos e informarles desde pequeños sobre la importancia que tienen los alimentos para su salud.
“Nosotros planteamos que los niños y los adolescentes, deben elegir los alimentos que van a consumir, pero conociendo previamente el valor nutricional que estos tienen. De esta manera los padres evitarán que los menores rechacen su lonchera, no la consuman en su totalidad, la abandonen o la regalen, como ocurre muchas veces en los centros de estudio”, sostuvo.
Para ello, se le debe enseñar tanto en casa como en la escuela, el valor y la importancia que tienen los alimentos para su salud y de qué manera estos les van a ayudar a elevar su rendimiento escolar o deportivo, por ejemplo.
“De otro lado, los adultos en casa o en su círculo más cercano, deben educar a los menores con el ejemplo, consumiendo también productos saludables que de seguro ellos imitarán”, agregó el especialista.
El especialista recordó que los niños y adolescentes en continua labor intelectual o física necesitan de dos mil a tres mil calorías diarias para sostener su ritmo de actividades. Y estas las pueden encontrar en los llamados alimentos energéticos (pan, cereales, etc.), formadores (carne, leche, queso, pollo, huevo, etc.) o reguladores.
Advirtió que sólo con la negativa a que los niños o adolescentes consuman “comida chatarra”, los padres estarán perdiendo la batalla de la alimentación. “La publicidad es abrumadora y desigual, la clave no está en la prohibición, sino, en la educación nutricional, para que los niños y jóvenes hagan una buena elección”, enfatizó.
No sólo se debe destacar las desventajas de consumir “comida chatarra”, elevada en azúcar, sal, grasa y baja en nutrientes esenciales, que provocan caries, elevan el riesgo de sobrepeso y obesidad, que atentan contra su autoestima. Es determinante resaltar las ventajas que genera comer alimentos sanos, para su presente futuro. “Lo importante, es que los niños y los adolescentes, sepan qué, cómo y en qué momento consumirlos”.
Loja Manco, aconsejó finalmente a los padres de familia que la lonchera escolar no debe reemplazar el desayuno o el almuerzo, sino, ser una fuente alternativa de energía adicional en las actividades diarias de los menores.