Pese a la prohibición legal del consumo de alcohol en menores de edad, debemos considerar que existen costumbres interculturales en diversas zonas de nuestro país, como celebraciones regionales o acontecimientos familiares, donde los niños ingieren bebidas alcohólicas impulsados por sus propios padres y familiares sin medir los peligros a los cuales los exponen.
El Doctor Vicente Vivar, pediatra del Hospital III de Emergencias Grau, señaló “que el alcohol es una droga social, sustancia tóxica y adictiva que indirectamente es permitida y avalada por la sociedad, sin considerar que cuando un niño empieza a beber antes de los 15 años, es mucho más propenso a convertirse en un bebedor crónico o en bebedor problemático”.
Debemos considerar que sin importar la edad en la que una persona se inicia como un bebedor de alcohol, hay efectos en el sistema nervioso central, que dañan las células cerebrales, produciendo efectos como pérdida de concentración, alteraciones del humor, falta de equilibrio y sentidos de orientación o posición, además propician problemas de comportamiento y daño permanente a la memoria y en los niños bebedores tienden a tener mal rendimiento escolar.
Los efectos del consumo prolongado de alcohol en el cerebro pueden ser de por vida, creando un mayor riesgo de depresión, ansiedad y baja autoestima. Beber alcohol durante la infancia y la pubertad, puede cambiar las hormonas en el cuerpo, llegando a afectar el crecimiento y desarrollo del púber, también afecta el funcionamiento del hígado, modifica los latidos del corazón y la presión arterial, en algunos casos causando daños irreversibles a nivel cardiovascular.
El Dr. Vivar indicó que no debemos olvidar los efectos dañinos del consumo temprano de alcohol y que necesitamos trabajar en la toma de conciencia de la sociedad y las autoridades para que la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en niños, no sea solo una ley plasmada en el papel, sino que su cumplimiento y sanciones sean aplicables de manera ejemplar en bien de resguardar el sano crecimiento y desarrollo de nuestros niños.
El mejor momento para comenzar a hablar con su hijo sobre las drogas y el consumo de alcohol es ahora, debemos considerar que los niños, desde los nueve años de edad pueden sentir curiosidad respecto al consumo de alcohol, llegando incluso a probarlo, teniendo como probables escenarios el entorno familiar o social del niño, es tiempo de hablar y educar, acotó el especialista.