Especialista pide a padres acudir a especialistas si menores tienen falta de concentración, agresividad e hiperactividad.
El Seguro Social de Salud (EsSalud) advirtió que los niños que presentan conductas agresivas, son impulsivos y tienen problemas para concentrarse podrían estar padeciendo del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, por lo cual deben ser evaluados por un médico especialista.
El neurólogo de EsSalud Rubén Caparó Oblitas explicó que los padres de familia o apoderados no suelen prestar atención a estas conductas de los niños, al aclarar que este trastorno no es causado por un problema emocional o de educación.
“Estos niños se distraen con frecuencia, o peor aún, se convierte en el terremoto del salón. Muchos dirían que se trata de un niño malcriado, pero se equivocan”, dijo.
Señaló que el Trastorno por Déficit de Atención es un trastorno se inicia en edades tempranas, ocasionado por un mal funcionamiento neurobiológico que afecta el comportamiento, la atención y el aprendizaje del niño.
El especialista indicó que también se caracteriza por capacidades de atención que no concuerdan con la etapa del desarrollo y se asocia a impulsividad y/ o hiperactividad.
“El mayor problema es que en estos casos muchas familias tardan en darse cuenta de la presencia de estos signos, y sólo son advertidos cuando, desde el ámbito escolar, existen ciertos objetivos que el pequeño no alcanza con normalidad”, refirió.
¿Cuáles son estas? Pues el especialista refiere que un claro indicativo son los problemas de memoria secundarios a sus problemas de atención y concentración. “Se trata de niños que se distraen con facilidad y tienen dificultad para retener lo que acaban de oír. Simplemente lo olvidan”, señala tras indicar que son niños que no pueden estar quietos, que se involucran en varias cosas a la vez y que no muestran continuidad en ninguna de ellas.
Otra de las señales es la impulsividad. Son los llamados niños ‘fosforito’, que se enojan con facilidad o que tienen dificultad para esperar su turno, se entrometen en juegos o conversaciones de otros, responden con facilidad sin esperar a terminar de oír la pregunta y por lo tanto responden mal.
En ese sentido, recomendó que cuando se sospecha de la existencia de un problema neurológico en un niño, los padres o los tutores deben recurrir a un médico que evalué al menor y diagnostique y le brinde tratamiento oportuno.
