Con el propósito de evitar un paro cardiaco, que se puede dar en el trabajo, la casa o una actividad estresante, el Seguro Social de Salud (EsSalud) recomendó a la población realizarse oportunamente un chequeo cardiológico para conocer como está funcionando nuestro organismo.
El doctor Fredy Flores Malpartida, cardiólogo del Hospital III de Emergencias Grau de EsSalud, recomiendan a todas las personas realizarse exámenes cardiovasculares para saber sobre su condición, en los varones a partir de los de 45 años y en las mujeres a los 55 años.
Recordó que existen factores de riesgo para un paro cardíaco como estrés, consumo de tabaco, obesidad o sobrepeso, exceso de azúcar en la sangre.
“Ahí la importancia de realizarse oportunamente un chequeo cardiológico y conocer como está funcionando nuestro organismo, para poder identificar rápidamente las características de un probable paro cardiaco y no atribuirlo sólo a la realización de una determinada situación como por ejemplo la realización de actividad física”, anotó.
Para un chequeo de cardiología completo se debe sumar a los exámenes de sangre, un electrocardiograma mediante el cual se detectarán los problemas congéticos o algunas alteraciones como un corazón muy dilatado, muy grueso (hipertrófico) o con defectos de nacimiento, que también llevan a una muerte súbita.
El doctor Flores Malpartida indica que cuando se presenten los siguientes síntomas: dolor intenso en el pecho de tipo opresivo que no calma y que se irradia hacia el brazo o mandíbula, es un indicador para acudir, de manera inmediata, a un servicio de emergencia de un hospital.
Por otro lado, indicó un paro cardiaco secundario a un infarto se da por la formación de placas de grasa que obstruyen las arterias del corazón, estas producen dolor o molestias, pero por desconocimiento de los síntomas, no se toman en cuenta con la gravedad que ameritan.
El especialista señaló que no existe una cultura de prevención, la cual nos permitiría detectar oportunamente algún factor de riesgo en la salud, al precisar que el no ser obeso no determina el riesgo de una muerte súbita o un paro cardiaco.
“Una persona aparentemente normal y que hace su vida normal, también puede ser víctima de ella”, anotó.
