Luego de una intervención quirúrgica que empezó a la medianoche y se prolongó por más de ocho horas, el Instituto Nacional Cardiovascular INCOR de EsSalud, fue escenario de un nuevo milagro de vida.
En el pecho de la niña Araceli Gisele, de solo 11 años, ya late el corazón donado por los familiares de un joven que acababa de fallecer, en un gesto conmovedor de amor al prójimo y de solidaridad con el dolor ajeno.
Las alarmas se encendieron minutos antes de la medianoche, cuando la ciencia aceptó resignadamente que ya no se podía hacer nada por el joven que había luchado duramente por aferrarse a la vida, y se convocó de emergencia a los especialistas en trasplantes de corazón, hígado, pulmones, riñones y córneas.
El madrugador ajetreo en EsSalud se trasladó a INCOR y los hospitales nacionales Edgardo Rebagliati Martins y Guillermo Almenara Irigoyen, pues la lucha era contra el tiempo y en favor de la vida.
Araceli Gisele Bernuy Zelada era una de las 10 mejores alumnas del quinto grado en el colegio María y José de Los Olivos, distrito donde vive junto a sus padres.
Hace unos meses los exámenes médicos que le practicaron determinaron que padecía de una grave cardiomiopatía dilatada. Los especialistas advirtieron que su vida se apagaría en poco tiempo si no la sometían con urgencia a un trasplante de corazón.
Conmovida por el caso, la propia presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli Aristondo, publicó dos twits haciendo un llamado a los familiares de pacientes muy graves para que donen los órganos de su ser querido y así puedan salvar vidas.
Dios escuchó el clamor, y las alarmas pusieron en movimiento a los mejores especialistas de EsSalud.
En simultáneo
Araceli comenzó a ser preparada desde la medianoche en el quirófano, mientras en otro ambiente similar del hospital Rebagliati especialistas guardaban un minuto de silencio antes de iniciar la extracción del corazón donado.
Mientras tanto, en simultáneo, otros equipos de especialistas en los hospitales Almenara y Rebagliati trabajaban también para ganarle la batalla al tiempo y a la muerte, preparando a los pacientes que serían los receptores de los órganos.
El hígado y uno de los riñones del donante héroe fueron trasplantados a un jovencito de 16 años en el Almenara. Un adulto recibió los dos pulmones, en este mismo hospital.
Las córneas devolvieron la vista a dos pacientes del hospital Rebagliati. El riñón restante será asignado a un paciente menor de 18 años.
El donante, cuyo nombre se mantiene en reserva a pedido de sus familiares, está dando vida a un total de seis personas que recibirán la llegada del 2019 con fe y esperanza.
A nombre de EsSalud, el doctor Carlos Carvallo, gerente de Procura y Trasplantes, trasmitió a los familiares del donante su pesar por la irreparable pérdida y agradeció por la lección de solidaridad y amor que le han dado al país.