Un limeño de 55 años, recibió el trasplante de corazón N° 28 que efectúa el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud y ahora se restablece con su nuevo órgano y una nueva oportunidad de vida.
El asegurado Juan Puertas Calderón, es representante de ventas. Su vida cambio hace cinco años, cuando se enteró que padecía cardiomiopatía dilatada, una enfermedad cardiaca de alta mortalidad cuya única solución, en sus estado más grave, es el trasplante de corazón.
Sólo el milagro de un trasplante lo salvaría. Ese milagro se produjo luego de cuatro años en lista de espera. La madrugada del 7 de junio, un equipo de médicos liderados por el doctor Miguel Otoya Zapata, jefe del Servicio de Cirugía de Corazón del hospital Rebagliati le trasplantó un nuevo órgano.
“Me sentía cansado, había perdido la capacidad de realizar actividad física, incluso dormía casi sentado”, rememora Juan Puertas. “Ahora, me estoy recuperando bastante rápido, siento que he vuelto a nacer y estoy optimista hacia el futuro”, asevera muy feliz.
Con esta compleja cirugía ya son 28 los trasplantes de corazón realizados en el hospital Rebagliati, de un total de 45 trasplantes de corazón efectuados por EsSalud, desde el año 1972. Esto ratifica la alta capacitación de los profesionales del Seguro Social de Salud, institución que efectúa el 90% de estas intervenciones de alta complejidad, en el país.
Cabe mencionar que la cardiomiopatía dilatada es una afección que produce insuficiencia cardiaca porque daña el tejido muscular que conforma las cavidades de bombeo del corazón y ello impide que se irrigue sangre de manera eficiente. “En una persona sana la fracción de eyección de sangre es del 70% y en el caso del paciente Juan Puertas solamente alcanzaba el 15%”, explicó el doctor Marcos Pariona Javier, jefe del Servicio de Cardiología Clínica del hospital de EsSalud.
Este tipo de cirugías son posibles gracias, no solo a la tecnología y a la capacidad médica que ofrece la Seguridad Social, sino a la solidaridad de familias que se sobreponen al dolor y, solidarias, deciden que la vida de su ser querido puede continuar en otra persona.