Las bebidas gaseosas, al contrario de lo que pudiera pensarse, no hidratan el cuerpo en el verano, sino más bien contribuyen a la deshidratación. Para ahondar en el tema entrevistamos al nutricionista de EsSalud Marco Taboada, quien nos habló de las consecuencias en el consumo excesivo de esta bebida, sobre todo de entre los niños.
Muchas madres ofrecen gaseosas y jugos en cajas a sus hijos. ¿Qué tan recomendable es?
Consumir jugos azucarados envasados y bebidas con gas no es la mejor manera de hidratarse y aplacar la sed. El consumo indiscriminado ocasiona en el organismo una deshidratación severa que puede llevar a perder muchos electrolitos en un día. Los niños son activos, sudan y necesitan líquidos, y si se les da gaseosas o jugos azucarados se deshidratarán mucho más. La dieta de los pequeños es 80% líquidos.
¿De qué manera es la deshidratación?
Estas bebidas, aparte de darnos calorías por el exceso de azúcar, pueden llevar al sobrepeso y, adicionalmente, aportan sustancias dañinas para el organismo, como el benzoato de sodio, que disminuye la absorción del potasio en el cuerpo. Además, estos productos contienen cafeína, que actúa como diurético y genera pérdida hídrica.
¿Qué otro problema ocasiona el consumo de gaseosas?
También cuentan con altos niveles de ácido fosfórico, que puede ocasionar descalcificación y cálculos renales. Por el exceso de azúcar, su consumo continuo aumenta la probabilidad de desarrollar diabetes.
¿Cuál es la mejor manera de aplacar la sed?
Para evitar la deshidratación es importante que los niños consuman diariamente entre 4 y 5 vasos de agua. También se puede consumir refrescos naturales, siempre con agua hervida y buena higiene de manos, para evitar problemas estomacales.
También se puede comer frutas como la sandía, la papaya, el melón, las uvas y los cítricos hidratan la piel, pues están compuestas en un 80% por agua y de la misma forma verduras frescas como el apio, el pepino, la lechuga y el tomate.
